jueves, 31 de enero de 2013

¿Quieres ser bienvenido en todas partes? Sigue estos consejos.


 
Si te interesas sinceramente en la gente con quien mantienes contacto, siempre serás bienvenido. Puedes conseguir mejores relaciones y más duraderas con los demás interesándote por ellos, que preocupándote que la gente se interese por ti. Esto te va a requerir esfuerzo y energía.
 
Sonríe. Es una forma simple de causar una buena impresión. Las acciones dicen más que las palabras. Una sonrisa transmite el mensaje: “me agradas, estoy feliz de verte”. Es muy difícil tener éxito en algo, a menos que te diviertas con lo que haces.


Estarás cansado de oírlo pero si tú no lo haces, te puede hacer pasar situaciones muy embarazosas. El sonido más importante para una persona es el de su propio nombre. El truco es desarrollar tu propio sistema para recordar nombres: puedes escribir el nombre de la persona tan pronto como lo escucha, repetirlo mentalmente varias veces, hacer que te lo repita, etc. Lo importante es que tengas un sistema, y que lo utilices.

Ser un buen oyente es la forma fácil de convertirse en un buen conversador. Si sabes escuchar de forma activa, animando a las personas a que te hablen de ellas, pensarán que eres es el mejor conversador que jamás hayan conocido. Si ofreces esta posibilidad, siempre querrán tenerte cerca. Para ello debes mostrar interés sincero por los demás; haz preguntas, anima a los demás a que te hablen de ellos y verás como se interesan también en ti.


Habla de lo que le interesa a los demás, es una forma de cómo hacer que la gente se interese, ya que es la forma de llegarle al corazón. Es utilizar la empatía en el lenguaje. Averigua su punto de vista de la otra persona y habla en la misma frecuencia.

Haz que la gente se sienta importante, pero sobretodo, hazlo “SINCERAMENTE”. Si haces sentir a la otra persona importante, pero repito “SNCERAMENTE”, conseguirás que ellos siempre quieran estar contigo. El poder de la apreciación sincera y honesta es asombroso. Algo tan sencillo como utilizar pequeñas frases de amabilidad, obtienen resultados sorprendentes: “serías tan amable de…”, "te importaría si…”, “perdona si te interrumpo…”, causan una gran impresión.


Son seis sencillas reglas de “cómo agradar a los demás”, que son gratis y depende de nosotros utilizarlas o no. Ahora bien, todo lo anteriormente dicho no vale para nada si no se hace desde la HONESTIDAD y la SINCERIDAD, ya que si no nos encontraríamos en una relación en la que “yo gano, tú pierdes”, y esto tiene un nombre MANIPULACIÓN.

Fuente: http://pablogarciafortes.wordpress.com/

Para Ana y María del Valle:

martes, 29 de enero de 2013

Decálogo para vivir con salud

* No te lamentes de las oportunidades perdidas. Mientras lo haces, quizás esté pasando el último tren por delante de tu casa, tal vez está amaneciendo de nuevo, acaso alguien esté llamando a tu puerta.
* No sigas castigándote por los errores cometidos. Es como repetir siempre la misma asignatura. De este modo, nunca aprenderás la lección del amor que Dios te regala cada día, ni el arte de conjugar la vida. El pasado pasó. ¡Desahoga en Él tus afanes!

* Vive agradecidamente el presente: es tu tiempo y tu tarea. De lo contrario, tu futuro puede convertirse en una vana ficción.
* En la adversidad y en la debilidad haz también memoria: reaviva energías que ya usaste, despierta recursos qué conoces, desempolva entusiasmos que ya gozaste. Saborearás de nuevo la vida.
* No uses de tu pasado como pretexto compensatorio, como arma arrojadiza contra alguien, como acumulador de resentimientos: terminará por ser más fuerte que tú.

* La nostalgia es actitud de necios. Lo mejor, lo más interesante, lo nuevo (incluso cuando la soledad parece cegarte) es tu presente: acógelo, sácale partida.
* Si ya no tienes objetivos, ilusiones y esperanza aterrizarás forzosa y peligrosamente en el pasado. Deja, por tanto, que por algún resquicio de tu alma o de tus ventanas, entre un poco de aire que mantenga vivo el rescoldo.
* Mira siempre agradecido a tu pasado. No te faltan motivos para ello. Descubrirás que, a pesar de todo, ha valido la pena haber sido escogido desde la eternidad de Dios para la aventura maravillosa de la vida.
* Vive cada día como una nueva oportunidad. En el pórtico de la Vida que te ha sido prometida, ya puedes decir (con modestia, claro): Confieso que he vivido.
* "Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos". La fe de los cristianos tiene su origen en la historia de Aquél que "pasó entre nosotros haciendo el bien. Pero no pasó. Sigue vivo. Ser y hacer memoria de Él es apuntarse a la mejor conjugación: He vivido, vivo y... viviré.
* RECUERDA la frase de San Agustín: "Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas.


D. Javier, ¡gracias por enviarnos este decálogo que nos hará mucho bien!
Para usted esta flor, semejante a lo que usted siembra en nosotros desde su blog, enseñándonos la forma de poder alimentarnos del Amor que Jesús nos brinda para florecer:
Recomiendo entréis en su blog, el de nuestra vecina parroquia de Baiona:

lunes, 28 de enero de 2013

Si tienes sed...


Cuentan que una vez un hombre viajaba por el océano y su barco se hundió, quedó a la deriva por varios días antes de que milagrosamente fuera encontrado por un bote pesquero. Al recuperarse de su pésima condición, contó el peor error que había cometido.

 Al sentir una sed desesperante, bebía agua salada, y por la sal contenida en la misma, lejos de saciarse, sentía más sed e introducía sal y arena a su cuerpo que lo deshidrataba más.

 Muchas veces cuando sentimos sed de amor, cariño, comprensión, verdad o atención, la buscamos en cosas que lejos de saciarnos, nos dejan peor que antes. Así, el solitario se refugia en otro más solitario; el falto de amor lo busca en los placeres y la vida desenfrenada; el incomprendido se refugia en vicios y mal carácter para llamar la atención.

 Es hora ya de que dejes de llenar tu cuerpo de agua salada. Jesús dijo:

“Mas el que bebiere del agua que yo le daré,
no tendrá sed jamás;
sino que el agua que yo le daré
será en él una fuente de agua
que salte para vida eterna”.
Juan 4:14 .

Así que no busques más saciar tu sed, cualquiera que sea, en las cosas de este mundo. El único que puede saciarte es tu amigo y creador Jesús. Haz la prueba, no cuesta nada ¡¡¡y lo ganas todo!!!

Arturo Quirós


Jesús les dijo:

"Yo soy el pan de vida;
el que a mí viene, nunca tendrá hambre;
y el que en mí cree,
no tendrá sed jamás".
Juan 6:35

Gracias D. Javier por enviarnos esta reflexión. Aprovecho para felicitarlo por su blog:

domingo, 27 de enero de 2013

Cómo convertirse en mejor persona. Estrategias para el cambio.

 
La vida es un continuo ejercicio de superación. Todos queremos alcanzar la máxima felicidad posible, y sabemos que esta pasa por lograr ser mejores personas, pero solemos fallar al enfocar nuestras decisiones vitales.
 
En general, las personas no actúan de forma injusta –o directamente mala– con sus congéneres de forma consciente: lo hacen porque creen que están haciendo lo correcto, aunque no lo sea, o porque no han valorado las consecuencias que sus decisiones tienen sobre otras personas.
 
Muchas veces estamos tan enfrascados en lograr el éxito (a todos los niveles), que nos olvidamos de mejorar la forma en que tratamos a los demás, y a nosotros mismos.
 
Nunca seremos felices si no logramos antes ser mejores personas y la bondad, como todo en esta vida, se puede educar y entrenar. Esto son cinco aspectos que debes tener en cuenta para ser una mejor persona y alcanzar la verdadera felicidad.
 

1. Trabaja la gratitud y el altruismo

Dice el refrán que “es de bien nacidos ser agradecido”, lo que no dice es que, además de ser positiva para los que nos rodean, la gratitud es una herramienta poderosa para sentirnos bien con nosotros mismos y así mismo el aspecto de nuestro carácter
más fuertemente asociado a la satisfacción vital. La gratitud nos puede ayudar a superar los traumas y el estrés, aumenta nuestra autoestima y nos ayuda a disolver las emociones negativas.

La mayor expresión de gratitud es el altruismo: hacer el bien sin esperar nada a cambio. Numerosos estudios han demostrado que la solidaridad está directamente relacionada con el bienestar, la salud, y la longevidad. Los actos de bondad hacen que nos sintamos bien con nosotros mismos y las emociones positivas que generamos hacen que tengamos una mayor capacidad de recuperación psicológica y física. Por ello,
el voluntariado es una de las actividades más saludables que pueden realizar las personas mayores.


2. Mantén en buen estado tus redes sociales

No nos referimos a estar todo el día en Facebook, sino a mantener la conexión con nuestros amigos, familiares, vecinos y compañeros de trabajo.
 
Los buenos amigos deben cuidarse para no perderse y es de sobra conocida la capacidad que tiene la amistad para generar felicidad en nuestro entorno.
 
Las tasas de depresión llevan creciendo de forma sostenida desde hace 50 años y una de sus principales causas es la soledad. Puedes creer que solo necesitas a tu pareja, tus padres y algún que otro amigo para ser feliz, pero lo cierto es que el egoísmo y la desidia en cuestiones de amistad se paga caro. No en vano, haber descuidado nuestras amistades perdiendo el contacto con estas,
es uno de los aspectos que más lamentamos en nuestro lecho de muerte.

3. Sé optimista

Las personas pesimistas no son peores personas, pero de forma casi inconsciente tienden a generar un entorno desmotivador que no es beneficioso ni para ellos mismos, ni para la gente que les rodea.
 
Si queremos mejorar como personas, y ser más felices, debemos pues trabajar nuestra actitud frente a la vida, algo muy estudiado en los últimos años por la psicología positiva. Tal como promulga esta corriente de la psicología, la felicidad no es algo que se pueda alcanzar: no es una meta,
es un estado que debe entrenarse todos los días.
 
En el fondo, todo lo que nos rodea puede tener una lectura negativa, máxime en estos días en los que el pesimismo es abrumador. Si no buscamos una lectura optimista de las cosas la infelicidad será una constante y contagiaremos esta a nuestros seres más queridos.

El optimismo se puede trabajar siguiendo tres prácticos consejos. Trata de concentrar tu tiempo y energía en cosas sobre las que tengas el control, si los acontecimientos te desbordan pide ayuda o cambia de estrategia, pero no te estanques: el perfeccionismo es una gran fuente de pesimismo.
 
En segundo lugar, si tienes que enfrentar una situación complicada o directamente fatídica (como la muerte de un ser querido), piensa que vendrán tiempos mejores, y transmite esperanza a los tuyos.
 
Por último, haz un esfuerzo por distinguir las distintas facetas de la vida. Trata de que las desavenencias que, por ejemplo, puedan surgir en el trabajo no te afecten en tu día a día familiar, y viceversa. Esto es importantísimo si quieres cuidar a la gente que te rodea, ya sea tu familia, tus amigos, o tus compañeros de trabajo, que no tienen por qué aguantar a alguien de mal humor por asuntos que están fuera de su alcance y que, en el fondo, no les atañen.
 
 

4. Dale menos importancia a los aspectos materiales

La psicología ha demostrado en multitud de ocasiones que el dinero no da la felicidad y, aunque la expresión se ha convertido en un lugar común poco convincente, los datos demuestran que, pasado un punto, el bienestar material no guarda relación con nuestra felicidad. Si ponemos nuestra ilusión en manos de aspectos materiales lo más probable es que labremos una infelicidad crónica, pues nunca tendremos suficientes cosas.

Uno de los aspectos más estudiados por la filosofía, la religión y, hoy en día, por la psicología positiva, es lo que conocemos como “el sentido de la vida”. ¿Qué queremos lograr a nuestro paso por ésta? ¿Cuáles son nuestras metas?
 
La caída de las grandes ideologías y el declive de las religiones han provocado una ausencia de sentido vital que en las sociedades occidentales es casi patológica. Debemos plantearnos a diario qué queremos lograr en nuestra vida y, a buen seguro, nos daremos cuenta de que los aspectos materiales no tienen ninguna importancia en el sentido último de esta. Las personas felices tienen unos valores que mantener y unos objetivos por los que les merece la pena trabajar.
 
 

5. Haz lo que amas

No importa el dinero que ganes: nunca serás feliz si dedicas tu tiempo a hacer algo que no te gusta. Está claro que no todo el mundo tiene la suerte de trabajar en aquello que le resulta más atractivo, pero todos podemos cambiar a mejor. Para ello debemos trabajar la autoeficacia: la confianza y convicción de que es posible alcanzar los resultados esperados para cada meta propuesta. Evidentemente, no vamos a lograr todo lo que nos proponemos, pero
el problema para muchas personas es que ni siquiera se plantean cambiar, por miedo a enfrentarse a las dificultades que puedan surgir, y acaban generando problemas inexistentes.

Este consejo no se debe aplicar sólo a nuestro trabajo. Quizás, tal como están las cosas, es poco realista encontrar un puesto más interesante que el que tenemos (aunque
sí podemos realizar nuestra labor de una manera que nos resulte más satisfactoria), pero podemos hacer lo que realmente nos gusta en nuestro tiempo libre. Según un estudio japonés realizado entre jubilados, la tasa de mortalidad es significativamente menor en aquellas personas que practican una afición concreta.
 
La ecuación es sencilla: si nos llena lo que hacemos, seremos más felices, y esta felicidad se contagiará a nuestro entorno. Es muy fácil distinguir a una persona que está haciendo lo que le gusta: irradia felicidad y contagia optimismo.


¡Gracias Ana y María del Valle por enviarnos
estas estrategias que nos harán mucho bien!

Para vosotras:

domingo, 13 de enero de 2013

Si quieres… puedes!

 

Cuando tu vida se encrespa con alguna tormenta, no pierdas el ánimo, porque hay dentro de ti fuerzas insospechadas. Entre todas sobresale una que debes valorar, cuidar, entrenar y servirte de ella: la voluntad. El éxito comienza siempre con una voluntad decidida a permanecer firme en la lucha, ése es el gran regalo de Dios. Utilízalo con humildad.
 
 
Muchas veces nos conformamos en vez de arriesgarnos, sin pensar que cada día que pasa nunca volverá. Debemos recordar que: Nada está escrito. Nada está hecho. Nada es imposible. Todo depende de nuestra voluntad, don precioso de Dios. Es una fuerza que nos sale de adentro. Basta decir: "¡Sí, puedo!" a cada desafío. Cuando estamos decididos, cuando de verdad queremos algo, no hay obstáculo capaz de interponerse. Si queremos... podemos llegar más lejos. Si queremos... podemos llegar más alto. Si queremos... podemos hacer lo que sea. Sólo hay que proponérselo, y trabajar para lograrlo. ¡Yo sé que tú puedes!
 
 
Ejercitar la paciencia es un buen modo de fortalecer la voluntad: paciencia para escuchar a los inoportunos, para controlar los impulsos, para no contestar mal… Lo que hay que hacer, se hace, ¡ahora! Sin aplazarlo. Si algo supone esfuerzo, esa es una buena razón para hacerlo. Ahí radica la clave de la superación personal. Como ejercitas tus músculos, ejercita tu voluntad.
 
 
Padre Natalio

miércoles, 9 de enero de 2013

Planificar la vida


Desde hace muchos años, veo que numerosas personas tienen como único objetivo en la vida, ganar dinero. Personas de todas las edades, afanadas por el trabajo y obsesionadas con el mismo fin. Dispuestas a dedicar muchas horas, días y semanas del año para alcanzar sus deseos. Personas que se están convirtiendo en máquinas de generar ideas para hacer negocios y ganar más y más. Y, si la cosa funciona, todavía dedican más tiempo y energías para seguir ganando dinero. Su objetivo es generar un imperio. Su vida es como subir por una escalera que no tiene fin. Unos pocos lo logran, otros se quedan en el camino… Pero son los menos los que reflexionan sobre las cosas importantes de la vida y se plantean otro tipo de objetivos.

Me parece muy bien que cuando uno es joven y tiene una familia, trabaje para darles lo mejor y piense en el futuro y el bienestar de los hijos, dándoles una estabilidad económica que les sirva de base para que ellos puedan seguir adelante. Pero desde hace un tiempo, he comenzado a analizar la actitud de varios empresarios y quiero mencionarlos para que veamos lo equivocados que están en sus planteamientos.

El dueño de un conocido supermercado, trabaja incansablemente más de doce horas diarias durante todo el año y, en vacaciones, envía a su familia sola, porque le es imposible abandonar su negocio por dos semanas.


Otro caso es el de un conocido comerciante, que, debido al estrés del trabajo, comenzó a tener problemas de salud. El médico le recomendó que descansara unos días y se olvidase de sus responsabilidades. Hizo caso a la recomendación, y se fue a descansar con su esposa a un bonito lugar, pero como no podía con su ansiedad, llamaba constantemente a sus empleados, para saber cómo iba todo. El tiempo de reposo no le sirvió de nada, porque se llevó todos sus negocios y responsabilidades a cuestas.

Conozco a un gran empresario que trabajó desde los siete años y formó un imperio. Cuando tuvo edad de jubilarse y aprovechar los años que le quedaban, decidió construir otra fábrica para ampliar el negocio. Tardó varios años en ponerla en funcionamiento y ahora con ochenta y siete años, se da cuenta de lo equivocado que estuvo… pero claro, ¡ya es tarde para arrepentimientos!… La vida se le fue y ya no le queda tiempo para disfrutar de todo el sacrificio que hizo durante ochenta años.

Mi abuela vivió hasta los ciento dos años… Desde que tengo uso de razón y hasta que falleció, siempre le escuché la misma historia: El dinero no me alcanza… La situación está difícil y no llego a fin de mes… En su mente solo había palabras negativas y estaba obsesionada con ahorrar, guardar… por si acaso… Pasó toda su vida con el mismo pensamiento, porque nunca planifico su vida. Todo se quedó en palabras.

Quizás al leer estas historias, tu mente te haga recordar a alguien en particular… Sería normal, porque hay millones y millones de personas con este pensamiento. Viven pobres, con necesidades y dejan este mundo sin llevarse nada. Los que consiguen dejar algunas riquezas para sus herederos, también dejan grandes conflictos entre ellos.

Un amigo me dio una lección de cómo planificar la vida. El es un ingeniero que en su momento tenía diez empleados a su cargo. Trabajó para empresas petroleras y sus ocupaciones eran de muchísima responsabilidad. Un día conversando me dijo: cumplí sesenta y cinco años, si Dios lo permite me quedan entre quince a veinte años más de vida. Económicamente tengo suficiente para cubrir todas las necesidades que pueda tener. He decidido seguir trabajando a tiempo parcial, solo para estar en contacto con el mundo que me rodea, pero dedicaré la mayor parte de mi tiempo a viajar y hacer todas aquellas cosas que siempre soñé. A partir de ahora, disfrutaré todo lo que pueda.

Creo que alcanzar metas económicas es algo natural en cada uno de nosotros. Todos queremos tener una casa con todo el confort, un auto nuevo y todo lo que deseamos. Todo eso está muy bien. Lo malo está en dejar las cosas más importantes para perseguir objetivos económicos y materiales de una manera desmedida y ambiciosa, como si fuéramos a estar en este mundo para siempre.

 

Debemos mirar dónde está el techo de nuestros objetivos. Debemos ser sabios administradores de nuestro tiempo y aprender a darnos el espacio para disfrutar de todo lo que hemos logrado con esfuerzo. Si lo dejamos para más tarde, pensando que todavía vamos a vivir por muchos años, nos equivocaremos. El día es hoy y el tiempo es ahora…

«Hay gente tan pobre, que solo tiene dinero»

Fuente: www.reflexionesparaelalma.net

domingo, 6 de enero de 2013

Regalos que nada cuestan


1.  El regalo de escuchar. Pero realmente escuchar, sin interrumpir, bostezar, o criticar. Solo escuchar.

2.  El regalo del cariño. Ser generoso con besos, abrazos, una palabra amable, un apretón de manos. Con estas pequeñas acciones demuestras el cariño por tu familia y amigos.

3.  El regalo de la sonrisa. Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos, caricaturas, y tu regalo dirá "me gusta reir contigo".

4.  El regalo de una nota escrita. Puede ser un simple "gracias por ayudarme". Un detallito así puede  ser recordado toda una vida, y aún, tal vez, inclusive cambiarla.

5.  El regalo del reconocimiento. Un simple, pero sincero "te ves preciosa con ese vestido", "has hecho un gran trabajo", "fue una cena estupenda",  pueden convertir en especial un día ordinario.

6.  El regalo del favor. Todo los días procura hacer un favor.

7.  El regalo de la soledad. Hay momentos en que preferimos estar solos. En esas ocasiones especiales ofrecete ese regalo a ti mismo, o pídele a otros que te lo obsequien.

8.  El regalo de la disposición a la gratitud. Una manera de hacer sentir bien a los demás es decirles esas cosas tan "hola",  "muchas gracias", "eres un cielo", "que suerte tenerte cerca"...


jueves, 3 de enero de 2013

Un precioso regalo para Reyes: la cajita de besos


Hace un tiempo, una mamá castigó a su pequeña niña de 3 años por desperdiciar un rollo de papel de regalo dorado.

El dinero era escaso en esos días por lo que explotó en furia cuando vio a la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de Navidad. Sin embargo, la niña le llevó el regalo a su mamá la siguiente mañana y dijo: "Esto es
para ti, Mamita".

Ella se sintió avergonzada de su reacción de furia, pero luego volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía.

Le volvió a gritar diciendo: "¿Qué no sabes que cuando das un regalo a alguien, se supone que debe haber algo dentro?".

La pequeñita la miró hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo: "Oh Mamita, no estaba, yo soplé besos dentro de la caja, todos para ti, mamita querida".

La mamá se sintió morir. Puso sus brazos alrededor de su niña y le suplicó que la perdonara.

Se ha dicho que esa mujer guardó esa caja dorada cerca de su cama por muchos años y siempre que se sentía derrumbada, tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí.

En una forma muy sensible, cada uno de nosotros los humanos, hemos recibido un recipiente dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos, familia o de Dios. Nadie podría tener en propiedad una posesión más hermosa que ésta.
 

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