jueves, 18 de septiembre de 2014

La parábola de la rosa



Un hombre plantó una rosa y trabajó
regándola constantemente.
Antes que de ella apareciese algún indicio,
él la examinó y vio el botón que en breve abriría,
mas notó espinas sobre el tallo y pensó:
¿Cómo puede una flor tan bella venir
de una planta rodeada de espinas tan afiladas?

Entristecido por este pensamiento,
él se negó a regar la rosa y antes
de estar pronta para abrir, ella murió.

Así sucede con muchas personas.
Dentro de cada alma hay una rosa:
son las cualidades dadas por Dios.

Dentro de cada alma tenemos también
las espinas: sólo que falta que aparezcan
nuestras rosas.

Muchos de nosotros nos miramos
y vemos sólo las espinas, los defectos.

Nosotros nos desesperamos, pensando
que nada de bueno puede venir de nuestro interior.
Nos negamos a regar, a cultivar dentro nuestro,
y consecuentemente, eso muere.

Nunca percibimos nuestro gran potencial.
Algunas personas no ven la rosa dentro
de ellas mismas, por lo tanto alguien más
debe mostrárselas.

Uno de los mayores dones que una persona
puede poseer o compartir es ser capaz
de pasar por las espinas y encontrar
la rosa dentro de otras personas.

Esta es la característica del amor.
Mirar una persona y conocer
sus verdaderas faltas.
Aceptar a aquella persona en su vida,
en cuanto reconoce la belleza en su alma
y ayudarla a percibir que ella puede superar
sus aparentes imperfecciones.

Si nosotros mostramos a esas personas
la rosa que está creciendo en su interior,
ellas superarán sus propias espinas.
Sólo así ellas podrán ver abrirse sus rosas,
muchas veces.

viernes, 25 de julio de 2014

¿Levadura yo, Señor?


Y, cuantas más veces me lo pregunto, Señor,
otras tantas Tú me contestas:
¡Te necesito como sal, y no como salero!
¡Como rayo de luz, no como gran astro!
¡Como gota de agua que calme la sed,
y no como torrente que inunde todo a su paso!

¿Levadura yo, Señor?
Y, cuando veo lo que siembro y no recojo,
siento, una y otra vez, que Tú me respondes:
no te toca a ti exigir, sino sembrar,
no te corresponde a ti recoger, sino abonar,
no mires hacia atrás, pues quien lo hace,
corre el riesgo de no construir hacia delante.

¿Levadura yo, Señor?
Y, la impaciencia, me invade, Jesús, y Tú lo sabes;
cuando me esfuerzo, y no fructifica mi trabajo,
cuando hablo, y siento que pocos me escuchan,
cuando cuido tu campo,
y apenas siento un agradecimiento humano.

¿Levadura yo, Señor?
Lo intentaré por Ti, mi Señor;
porque, bien sé, que Tú eres el dueño del tiempo,
porque, bien sé, que Tú eres el Señor de la historia,
porque, bien sé, que Tú vences sobre el mal y la mentira,
porque, en lo invisible, sé que Tú sigues vivo y operante.

¿Levadura yo, Señor?
¡Lo intentaré contigo, mi Señor!
Incluso en medio del combate y de la desesperanza.
A pesar de las contradicciones y las resistencias.
Frente al maligno que lo invade y lo confunde todo,
te prometo, Señor, que intentaré ser levadura de tu Reino.
Levadura que no se ve, pero hace crecer el pan de la fraternidad.
Levadura que no se percibe,
pero sazona la dureza de los corazones.
Levadura que, en justa medida,
haga que, mi mundo, tu mundo Señor,
sea un oasis de paz, de amor, de alegría y de fe.

¿Levadura yo, Señor?
Dame un poco de tiempo.
Dame un poco de tu fuerza.
Dame un poco de tu Espíritu.
Dame un poco de tu Evangelio…
y sé que llegaré, contigo, donde haga falta.
Amén.

P. Javier Leoz

lunes, 21 de julio de 2014

Gotitas de amor




Había un incendio en un gran bosque de bambú; el incendio formaba llamaradas impresionantes, de una altura extraordinaria; y una pequeña ave, muy pequeñita, fue al río, mojó sus alas y regresó sobre el gran incendio, y las empezó a agitar para apagarlo; y volvía a regresar, y volvía a ir una y otra vez; y los dioses que la observaban, sorprendidos la mandaron a llamar y le dijeron:

- Oye, ¿por qué estás haciendo eso? ¿Cómo es posible? ¿Cómo crees que con esas gotitas de agua puedas tú apagar un incendio de tales dimensiones?
Date cuenta: No lo vas a lograr.

Y el ave humildemente contestó:
"El bosque me ha dado tanto, le amo tanto, yo nací en él, este bosque me ha enseñado la naturaleza. Este bosque me ha dado todo mi ser.
Este bosque es mi origen y mi hogar y me voy a morir lanzando gotitas de amor, aunque no lo pueda apagar".

Los dioses entendieron lo que hacía la pequeña ave y le ayudaron a apagar el incendio.

"Cada gotita de agua apacigua un incendio. Cada acción que con amor y entusiasmo emprendemos, un mejor mañana será su reflejo. No subestime sus gotas: millones de ellas forman un océano. Todo acto que con amor realizamos, regresa a nosotros multiplicado"

Fuente: www.reflexionesparaelalma.net

Receta secreta de la felicidad

FRASES BONITAS


(Porciones para toda la familia... con el sabor de lo nuestro)

INGREDIENTES

1 kilogramo de recuerdos infantiles
2 tazas de sonrisas
2,5 kilogramos de esperanzas
100 gramos de ternura
5 latas de cariño
40 paquetes de alegría
1 pizca de locura
8 kilogramos de amor
5 kilogramos de paciencia


PREPARACIÓN

1.- Limpia los recuerdos, quitándoles las partes que estén echadas a perder o que no sirvan. Agregarle una a una las sonrisas, hasta formar una pasta suave y dulce.

2.- Ahora, añade las esperanzas y permite que repose, hasta que doble su tamaño.

3.- Lava con agua cada uno de los paquetes de alegría, pártelos en pequeños pedacitos y mezcla con todo el cariño que encuentres.

4.- Aparte, incorpora la paciencia, la pizca de locura y la ternura cernida. Reserva.

5.- Divide en porciones iguales todo el amor y cúbrelos con la mezcla anterior.

6.- Hornéalas durante toda tu vida en el horno de tu corazón.

7.- Disfrútalas siempre con toda tu familia... con el sabor de lo nuestro.


**Consejo: Puedes agregar a la mezcla anterior dos cucharadas de comprensión y 300 gramos de comunicación para que esta receta te dure para siempre.**

Fuente:http://www.motivaciones.org/ 

viernes, 18 de julio de 2014

La fortaleza del hombre

52.gif picture by enrique24_2007

- La fortaleza de un hombre no está en el ancho de sus hombros.
- Está en el tamaño de sus brazos cuando abrazan.

- La fortaleza un hombre no está en lo profundo del tono de su voz.
- Está en la gentileza que usa en sus palabras.

- La fortaleza de un hombre no está en la cantidad de amigos que tiene.
- Está en lo buen amigo que se vuelve de sus hijos.

- La fortaleza de un hombre no está en como lo respetan en su trabajo.
- Está en como es respetado en su casa.

- La fortaleza de un hombre no está en lo duro que puede golpear.
- Está en lo cuidadoso de sus caricias.

- La fortaleza de un hombre no está en su cabello o su pecho.
- Está en su corazón.

- La fortaleza de un hombre no está en las mujeres que ha conquistado.
- Está en poder ser verdaderamente de una mujer.

- La fortaleza de un hombre no está en el peso que pueda levantar.
- Está en las cargas que puede llevar a cuestas.



Fuente: nuestraedad.com

jueves, 12 de junio de 2014

Reflexión: Ser padre


En la reunión de padres de familia de una escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. Ella entendía que aunque la mayoría de los padres de la comunidad eran trabajadores, debían encontrar un poco de tiempo para dedicar y pasar con los niños. Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana.

Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo y cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya estaba acostado.

Explicó además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia. Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba reemplazar esa falta dándole un beso todas las noches cuando llegaba a su casa y para que su hijo supiera que él le había ido a ver mientras dormía, hacía un nudo en la punta de la sábana. Cuando mi hijo despierta y ve el nudo, sabe que su papá ha estado allí y lo ha besado. El nudo es el medio de comunicación entre nosotros.

La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando comprobó que el hijo de aquel hombre era uno de los mejores alumnos de la escuela.


Este hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse con otros. Aquel padre encontró su forma, una forma simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía a través del nudo, todo el afecto de su papá.

Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento.


Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban para aquel hijo, muchísimo más que un montón de regalos o disculpas vacías.

Es válido que nos preocupemos por las personas, pero lo más importante es que ellas sepan y puedan sentir nuestra preocupación y cariño por ellas.

Para que exista la comunicación, es necesario que las personas «escuchen» el lenguaje de nuestro corazón, ya que los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras.

Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el golpe de la rodilla o el miedo a la oscuridad.

Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben distinguir un gesto de afecto y amor, aunque ese gesto sea solamente un nudo en la sábana. Un nudo cargado de afecto, ternura y amor.

«Vive de tal manera que cuando tus hijos 
piensen en justicia, amor e integridad, 
piensen en ti»

Fuente: reflexionesparaelalma.net

miércoles, 19 de marzo de 2014

Postales Feliz Día del Padre























Fuente: https://picasaweb.google.com/110607722466278938553/DIADELPADRE#5504907037143185922
































Fuente: blogcatolicogotitasespirituales

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