domingo, 28 de octubre de 2012

Más que un Anillo de Compromiso


Un muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuvieran. El joyero le mostró una hermosa piedra solitaria que brillaba como un pequeño sol resplandeciente. El muchacho contempló el anillo, preguntó el precio y con una sonrisa se dispuso a pagarlo.


¿Se va usted a casar pronto? - Preguntó el joyero.

¡No! - respondió el muchacho - Ni siquiera tengo novia.


Es para mi mamá - dijo el muchacho. Cuando yo iba a nacer estuvo sola; alguien le aconsejó que me matara antes de que naciera, así se evitaría problemas. Pero ella se negó y me regaló la vida que hoy puedo disfrutar. Fue padre y madre. Amiga, hermana y maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella.



El joyero, sorprendido, no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que hiciera al muchacho el descuento especial que sólo se hace a los clientes importantes.



Reflexión: 

Tenemos casas más grandes,
pero familias más chicas.


Tenemos más compromisos,
pero menos tiempo.


Tenemos más medicinas,
pero menos salud.


Hemos multiplicado nuestras fortunas,
pero interiormente estamos vacíos.


Hablamos mucho, amamos poco
y odiamos demasiado.


Hemos llegado a la luna y regresamos,
pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.


Hemos conquistado el espacio exterior
pero no el interior.


Tenemos mayores ingresos,
pero menos moral y felicidad.


Éstos son tiempos con más libertad,
pero menos alegría.


Con más comida,
pero menos nutrición.


Son días en los que llegan dos sueldos a casa,
pero aumentan los divorcios.


Son tiempos de casas más lindas,
pero más hogares rotos.



Por eso, siéntate en la terraza
y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas;
pasa más tiempo con tu familia
y con tus amigos en el campo, en la playa;
come tu comida preferida;
visita los sitios que te gustan.


La vida es una sucesión de momentos
para disfrutar, no es sólo para sobrevivir.

Escribamos aquella carta
que pensábamos escribir.



Digamos hoy a nuestros familiares
y amigos cuánto los queremos.


No retrases nada que agregue alegría
y felicidad a tu vida.


Cada día, hora y minuto
pueden ser especiales.

Angeles (100)
 

www.reflexionesparaelalma.net

lunes, 22 de octubre de 2012

La cajita secreta para mantener un matrimonio fuerte

Un hombre y una mujer estuvieron casados durante más de 60 años. Habían compartido todo, hablaban de todo y no se habían guardado ningún secreto nunca. Lo único que no compartían era que la ancianita tenía una caja de zapatos y le había pedido a su esposo que nunca la abriera y que no le preguntara sobre ella.

Durante todos estos años, él nunca pensó en la caja, pero un día la viejita enfermó de gravedad y el doctor les dijo que no se recuperaría de su enfermedad. El ancianito tratando de arreglar todas las cosas de su esposa antes de que muriera, se topó con la caja de zapatos y se la llevó a la esposa a su cama. Ella le dijo que ya era tiempo de que supiera lo que había dentro.

Cuando la abrió encontró dos muñecas de ganchillo y un fajo de billetes, eran 95000 euros. Él, sorprendido, le preguntó sobre el contenido de la caja y ella le dijo:

- Cuando nos casamos, mi abuela me dijo que el secreto de un buen matrimonio era no discutir nunca y que cada vez que me enfadara contigo, debería guardar silencio y tejer una muñequita de ganchillo.

Él se tuvo que contener para no derramar unas lágrimas, ya que solo había dos muñecas en la caja. Así que ella sólo se había enojado con él dos veces, en todos esos años llenos de amor y entendimiento.


Él estaba que no se lo creía y sumamente conmovido.
- "Oye amor", le dijo, "ya entendí lo de las muñecas... pero ¿y el dinero?, ¿de dónde salió?"


- "Ah", le dijo ella, "ese dinero es lo que gané con las muñecas que vendí durante todos estos años".


Plegaria que debemos repetir las esposas:


Dios te pido:
SABIDURÍA para entender a mi hombre,
AMOR: para perdonarlo, y
PACIENCIA: por sus estados de ánimo cambiantes,

porque si te pido que me des:
FUERZA: "seguro no lo aguanto ya que no sé tejer muñequitas de ganchillo".

D. Javier, nos ha enviado esta preciosa reflexión, desde su blog:

Es un blog para seguir día a día porque nos enseña a crecer en Fe, a crecer en Amor a Jesús, a crecer en Amor a María, y por supuesto a crecer como personas.

Desde aquí queremos expresar el más enorme agradecimiento enviándole:

miércoles, 17 de octubre de 2012

Los detalles que conducen a la Felicidad

 


No debemos pensar que la felicidad está en los grandes acontecimientos.
Hay que rastrearla en esas pequeñas luces que se encuentran
y se desperdigan en los detalles.
 
Así se inició el paseo aquella tarde. De cuando en cuando ella se detenía para retirar de la carretera, empujándolas con su cachavita negra, algún cristal o alguna piedra de mayor tamaño. “En detalles tan nimios como éste se conoce a los personas”, pensé; y luego me entretuve meditando si alguna vez en mi vida me había guiado este instinto de caridad hacia mis semejantes. Comprendí que no y me avergoncé de ello.

“Cada vez que esa viejecita se detuvo después, a lo largo de nuestro paseo, sentí una especie de censura interior que me sobrecogía”.

Este breve retazo de una de las obras de Miguel Delibes bien puede servirnos para reflexionar sobre la trascendencia que tienen muchas de esas pequeñas cosas, esos detalles que parecen carecer de importancia pero que, en su conjunto, hacen a unas personas diferentes de las otras.


Todos recordamos detalles nimios, como ése, en los que nos fijamos una vez y que han quedado grabados en nuestra memoria porque que nos han llevado a una reflexión que les ha dado relevancia. A otros quizá les parecería absurdo que cuestiones tan pequeñas hayan podido resultarnos importantes, pero lo fueron, y comprendemos que esas menudencias son como el sabor del ser de las cosas.


Sabemos también que la felicidad y el acierto en el vivir dependen en gran medida cómo vivimos muchos de esos detalles mínimos. Por ejemplo, si sabemos reconocer a una persona que ha hecho bien su trabajo y le tratamos como merece, eso nos hace mejores a nosotros y a él. Y si hacemos el propósito de agradecer cualquier favor que recibamos o cualquier servicio que nos hagan, por pequeño que sea, haremos el mundo más habitable. Podemos poner más empeño en hacer la vida agradable a quienes nos rodean. Y proponernos llamar de vez en cuando, sin necesidad grandes motivos, a esos amigos y familiares que quizá tratamos menos. O ayudar económicamente, en la medida de nuestras posibilidades, a esas personas o proyectos que necesitan un apoyo nuestro. No es cuestión de tener mucho tiempo ni mucho dinero, sino de cómo administramos el que tenemos.


No debemos pensar que la felicidad está en los grandes acontecimientos. Hay que rastrearla en esas pequeñas luces que se encuentran y se desperdigan en los detalles. Por ejemplo, en el trabajo, a lo mejor no podemos aspirar hoy a grandes logros, porque quizá no se presente la ocasión, pero sí podemos esperar o pronunciar una palabra inteligente, un diminuto detalle que produce alegra y que no se esperaba. Todo eso es la pequeña llave del detalle, que abre más corazones de lo que imaginamos.

Lógicamente, lo grande de los detalles no es su valor material. Cuenta Hebbel con ironía la historia de aquel hombre que, estando hundiéndose en el mar, recibió la ayuda de un desconocido que le tiró una tabla a la que pudo agarrarse y salvar así su vida. Y añade que el recién salido de las aguas se dirigió a su salvador y le preguntó que cuánto costaba la madera de la tabla, porque quería pagársela y, así, agradecérsela. ¡Como si su salvador le hubiera regalado una madera y no la vida!


Hemos de poner creatividad e ingenio para estar en los detalles. La vida tiene, en cierta forma, una dinámica acumulativa: los cambios conducen a otros cambios, la mejora estimula a otras mejoras. Al avanzar, podemos caminar paso a paso, pero debemos ser constantes. Un pequeño detalle, visto retrospectivamente tiempo después, ha dado lugar a progresos importantes. Un pequeño cambio de dirección en el largo viaje de la vida, marca una diferencia cada vez mayor con el paso del tiempo: un resultado final muy diferente, aunque la diferencia inicial fuera casi imperceptible. 


Autor: Alfonso Aguiló
Fuente: Interrogantes.net

María del Valle y Ana,
siempre nos sorprenden con estos detalles, 
con estas reflexiones
que comparten con nosotros.
¡GRACIAS!

lunes, 15 de octubre de 2012

El Equipaje de Tu Vida

 
Cuando tu vida empieza, tienes apenas una pequeña maleta de mano... A medida en que los años van pasando, el equipaje, va aumentando poco a poco. Porque existen muchas cosas, que recoges por el camino... porque piensas que ellas, son importantes... En un determinado punto del camino, comienza a ser insoportable cargar tantas cosas, de verdad pesan demasiado...



Entonces, puedes escoger:

Permanecer sentado a la vera del camino, esperando que alguien te ayude, lo que es muy difícil...
Pues todos los que pasen por allí , ya traerán su propio equipaje.


Puedes pasar la vida entera esperando y esperando...
O puedes disminuir el peso, eliminando lo que no te sirva, pero...qué tirar???...

Empiezas tirando todo para afuera y viendo lo que tienes dentro...

Amistad...Amor...Amor...Amistad... Bien!!!, tienes bastante, es curioso... no pesa nada!!! Mas tienes algo pesado...
Haces un gran esfuerzo , para tirar... La RABIA – Cómo pesa!!!
Empiezas a tirar y tirar, y aparecen la INCOMPRENSIÓN, el MIEDO, el PESIMISMO... En este momento, el DESANIMO casi te empuja hacia dentro de la maleta...
 


Pero tú, empujas para afuera con toda tu fuerza, y aparece una SONRISA, que estaba sofocada en el fondo de tu equipaje...
Sacas otra sonrisa y otra más, y entonces sale la FELICIDAD...
Colocas las manos dentro de la maleta y sacas la TRISTEZA...
Ahora, tienes que dejar la PACIENCIA dentro de la maleta, pues vas a necesitar bastante...
 


Procura entonces , dejar también:
FE, FUERZA, ESPERANZA, CORAJE, ENTUSIASMO, EQUILIBRIO, RESPONSABILIDAD, TOLERANCIA y BUEN HUMOR... Tira la PREOCUPACIÓN también o déjala de lado, después piensas que hacer con ella...


Bien, tu EQUIPAJE está listo, está para ser usado de nuevo!!! Mas piensa bien, en lo que vas a colocar dentro, ahora es para ti!!!...Y no te olvides de hacer esto muchas veces, pues el camino es muy, muy largo por recorrer...

Pero por sobre todas las cosas , nunca te olvide de Dios , que es lo único realmente importante e imprescindible .

Niña pensando

“SOLO DIOS BASTA”….
“CON ÉL TODO … SIN ÉL NADA”
 

domingo, 14 de octubre de 2012

Construye tu vida sembrando amor


Lo que siembres tu vida, eso te devolverá, así que elige semillas buenas, riégalas y con seguridad tendrás las flores más bellas.


A lo largo de la historia hemos conocido grandes hombres, hombres que han dejado una huella imborrable, y que su presencia ha marcado la vida de muchas personas; me viene a la mente el Papa Juan Pablo II, ¡quién no recuerda sus palabras, sus gestos, sus miradas! Todo nos reporta la presencia de Dios en su vida y cómo todo lo hizo con amor.

Tenemos la figura única e irrepetible de Cristo, que como nos dice el Evangelio "pasó haciendo el bien" (Hch 10, 38), "Él es el Camino la Verdad y la Vida" (Jn 14,6), una vida dedicada a los demás, uscando el bien humano y trascendente de cada hombre, ¡cuántos hombres que conociendo el mensaje de Jesús, se han dedicado a sembrar con amor el bien!, San Francisco de Asís, San Ignacio de Loyola S.I., la Madre Teresa de Calcuta. Hoy nos toca a ti y a mí, por eso te dejo este mensaje, para que lo reflexiones.


La vida es un jardín; lo que siembres en ella, eso te devolverá, así que elige semillas buenas, riégalas y con seguridad tendrás las flores más bellas.

Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada, es una simiente; cada una tiene en sí el poder vital y germinativo.

A menudo sembrarás llorando, pero ¿quién sabe si tu simiente no necesita del riego de tus lágrimas para que germine?



Piensa que los vientos fuertes harán que tus raíces se hagan más profundas para que tu rosal resista mejor lo que habrá de venir. Y cuando tus hojas caigan, no te lamentes; serán tu propio abono, reverdecerás y tendrás flores nuevas.

¿Rompió el alba y ha nacido el día?
¡Salúdalo y Siembra!

¿Llegó la hora cuando el sol te azota?
¡Abre tu mano y arroja la semilla!

¿Ya te envuelven las sombras porque el sol se oculta?
¡Eleva tu plegaria y Siembra! y cuando llegue el atardecer de tu vida, enfrentarás la muerte con los brazos cargados y una sonrisa de satisfacción.

Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada es una simiente.
Procura siempre:
"Una Siembra de Amor".
Al final de la vida, cuando nos pidan cuentas,
nos pedirán cuentas del amor,
de lo que hayamos hecho por Dios
y por nuestros hermanos los hombres.


Autor: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net

sábado, 13 de octubre de 2012

Aliento cotidiano


La vida es una larga escalera
que a veces con tropiezos, debemos subir.

Pero siempre hay descansos para meditar,
para evaluar lo alcanzado y tomar
aliento, para subir el siguiente escalón.

Nada se obtiene de la noche a la mañana,
todo se construye día a día, no se trata
de realizar esfuerzos gigantes.

Con la ayuda del Todopoderoso,
con empeño y pequeñas disciplinas cotidianas,
podemos llegar tan lejos como deseamos.

Ante todo debemos mirar hacia adelante
sin prevenciones. De cada error
debemos sacar una enseñanza.

Lo mejor es poner la frente en alto
para dejar atrás la adversidad
y con optimismo mirar hacia el futuro.

Debemos valorar y agradecer a Dios
tantas cosas valiosas que tenemos,
no tanto en lo material, pues puede
ser pasajero, más importante son
nuestros valores espirituales,
nuestras almas generosas, la familia
que conformamos y nuestros cinco
sentidos para poder trabajar.

Miremos pues, cuántos caminos
nos quedan por recorrer y cuántas metas
tenemos aún por alcanzar.

 

Para María del Valle que desde Argentina nos ha enviado esta preciosa reflexión:


jueves, 4 de octubre de 2012

Cuando te crees estrella y eres cometa

Es bueno sentir que hemos sido luz para muchos amigos, y que ellos nos han iluminado a su vez.


Nuestra vida hay que cimentarla sobre roca, como nos enseña Jesús en el Evangelio, de forma que cuando pasen tormentas y lluvias, no se derrumbe.


Para tener una vida cimentada sobre roca, se necesitan sólidas bases, esas bases se construyen paso a paso y con mucho esfuerzo. Construir la vida con valores, principios, convicciones, buenas decisiones, es construir en roca y eso traerá como resultado una vida estable y duradera, así como las estrellas. Ése es mi deseo para ti con esta reflexión.

Hay personas estrellas.

Hay personas cometas. 
 
Los cometas pasan, apenas son recordados por las fechas que pasan y vuelven. Las estrellas permanecen.


Hay mucha gente cometa, pasan por nuestra vida apenas por instantes; no cautivan a nadie, y nadie los cautiva. Gente sin amigos, pasan por la vida sin iluminar, sin calentar, sin marcar presencia. Así son muchos artistas, brillan apenas por instantes en los escenarios de la vida, y con la misma rapidez que aparecen, desaparecen. Así son muchos reyes y reinas: de naciones, de clubes deportivos o concursos de belleza. Así mismo son hombres y mujeres que se enamoran y se dejan enamorar con la mayor facilidad.


Así son personas que viven en una misma familia y pasan por el otro sin ser presencia, sin existir. 
 
Lo importante es ser
estrella. Hacer sentir nuestra presencia. Ser "luz", "calor", "vida".

Los Amigos son estrellas. Los años pueden pasar, surgir distancias; pero en nuestros corazones quedan sus marcas.


Ser cometa no es ser amigo, es ser compañero por instantes, explotar sentimientos, aprovecharse de las personas y de las situaciones, es hacer creer y hacer dudar al mismo tiempo. La soledad es el resultado de una vida cometa. Nadie permanece, todos pasan y nosotros también pasamos para ellos.


Es necesario crear un mundo de "estrellas", verlas y sentirlas todos los días, poder contar con ellas todos los días, todos los días ver su luz y sentir su calor. Así son los amigos, "estrellas en nuestras

vidas", se puede contar con ellos, ellos son refugio en los momentos de tensión, luz en los momentos obscuros, pan en los momentos de debilidad, seguridad en los momentos de desánimo. 

Al mirar los cometas, es bueno no sentirnos como ellos, ni desear el amarrarnos de su cola; al mirar los cometas, es bueno sentirse "estrella"; dejar por sentada nuestra existencia, nuestra constante presencia. Haber vivido y construido una historia personal.


Es bueno sentir que hemos sido luz para muchos amigos, y que ellos nos han iluminado a su vez. Es bueno sentir que hemos sido calor para muchos corazones, y que esos corazones nos arroparon cuando el frío nos castigó. Ser "estrella" en este mundo pasajero, en este mundo lleno de personas cometas es un desafío, pero por encima de todo, una recompensa. Es nacer y haber vivido, y no haber existido apenas. 
 
Para vosotros: "estrellas de verdad". 
 Autor: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net

Reflejo


Mira atentamente a tu alrededor.
¿Qué es lo que ves?
Mucho de lo que ves, es un reflejo
de tus propias creencias y expectativas.
Todo lo que experimentas pasa primero
por el filtro de tu actitud ante la vida.
Es por eso que una persona puede ver
belleza y oportunidades en la misma situación
en la que otra sólo ve desesperación
y falta de posibilidades.

Los defectos que ves en los demás son,
de alguna manera, también los tuyos.
Si así no fuera, realmente no podrías
reconocerlos o comprenderlos.
La belleza que ves en los demás
también está dentro de ti.
Porque la belleza no está únicamente
en la persona u objeto que tú percibes,
sino también en quién la percibe.

El mundo que te rodea es un espejo y,
cuando pones tu mejor cara frente
a un espejo, lo que ves te agrada.
Ten la firme expectativa de vivir
en un mundo pleno de belleza,
bienestar y oportunidades, y allí
es exactamente donde estarás.

DEPENDE DE LA FORMA....


Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes.

Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño.
-¡Qué desgracia Mi Señor!- exclamó el Sabio. Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.
-¡Qué insolencia!- gritó el Sultán enfurecido- ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa?¡Fuera de aquí!

Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.

Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado.
Éste, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
-¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.
Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro.

Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
-¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Sabio. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.

- Recuerda bien amigo mío- respondió el segundo Sabio- que todo depende de la forma en el decir… Uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.
De la comunicación depende, muchas veces, la
felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.

La verdad puede compararse con una piedra
preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.
¡Gracias Ana y María del Valle por estar siempre compartiendo con nosotros! Para vosotras:

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