Que se caigan las
hojas
de las preocupaciones y sinsabores.
de las preocupaciones y sinsabores.
Que nos
despojemos
de aquello que creció,
dentro de nosotros,
pero que ya no sirve de nada ni a nadie.
de aquello que creció,
dentro de nosotros,
pero que ya no sirve de nada ni a nadie.
Que cortemos
lo que se adueñó
de nuestra mejor parte.
de nuestra mejor parte.
Que pongamos
a salvo los frutos
de nuestra personal siembra.
de nuestra personal siembra.
Que
recuperemos los brotes
de todo lo bueno que, tal vez,
quedó paralizado y asfixiado durante el verano.
de todo lo bueno que, tal vez,
quedó paralizado y asfixiado durante el verano.
Que tiñamos de los
colores,
amarillos y ocres,
los caminos por donde vayamos.
amarillos y ocres,
los caminos por donde vayamos.
Que
limpiemos nuestra vida,
como el mismo cielo lo hace,
con la llegada de las primeras lluvias.
como el mismo cielo lo hace,
con la llegada de las primeras lluvias.
Que no
pongamos obstáculos
para que muera en nosotros
lo que ocultó el gran corazón
que llevamos dentro.
para que muera en nosotros
lo que ocultó el gran corazón
que llevamos dentro.
Que
aprovechemos sus tardes breves
y, como meditación,
sus más largas noches.
y, como meditación,
sus más largas noches.
Que pensemos
que,
un día como hoy el árbol,
también quedaremos desolados
por fuera pero con profundas raíces
de eternidad por dentro.
un día como hoy el árbol,
también quedaremos desolados
por fuera pero con profundas raíces
de eternidad por dentro.
Que sea una
oportunidad
para reflexionar y comenzar de nuevo,
para abrir surcos y saborear
la cosecha recogida.
para reflexionar y comenzar de nuevo,
para abrir surcos y saborear
la cosecha recogida.
Que
arrojemos al fuego
lo que produjo sequedad y fracaso
durante el pasado verano.
lo que produjo sequedad y fracaso
durante el pasado verano.
Que
busquemos espacios de silencio
y de contemplación
que las prisas o el Sol nos arrebataron.
y de contemplación
que las prisas o el Sol nos arrebataron.
Que
emigremos, como lo hacen las aves
en este tiempo, hacia aquellos lugares
que nos produzcan paz, felicidad, seguridad
y altos vuelos.
en este tiempo, hacia aquellos lugares
que nos produzcan paz, felicidad, seguridad
y altos vuelos.
Que sepamos
agradecer
y pedir a DIOS que el inicio de un nuevo curso
sea un terreno sobre el que vuelvan
a resurgir nuevas personas con renovados sentimientos, fe, esperanza,
fraternidad y alegría.
y pedir a DIOS que el inicio de un nuevo curso
sea un terreno sobre el que vuelvan
a resurgir nuevas personas con renovados sentimientos, fe, esperanza,
fraternidad y alegría.
Javier
Léoz
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